ETAPA 9

25 de septiembre de 2019


ETAPA 9

CALDAS DE REIS-SANTIAGO DE COMPOSTELA

43,50 km.





Suenan los móviles. Es la hora de levantarse. Ha llegado el día. Hay que recoger por última vez, empaquetar y montar las alforjas. Nos relajamos más de la cuenta con el desayuno y sacamos las bicicletas a la calle para afrontar la última Etapa.

Siempre me ocurre lo mismo con el último día. Es tan especial que, por un lado, deseo llegar cuanto antes a Santiago pero, por otro lado, una parte de mi está triste porque esta aventura va a terminar. Hoy es el día en el que los sentimientos afloran y te acompañan durante todo el trayecto.

Saber que Santiago está tan cerca provoca que se te acelere el ritmo y te pegue un subidón de moral, alegría y fuerzas que hace que no vayas tan tranquilo como pensabas. Queremos disfrutar de cada pedalada, de cada camino y sendero, de todos y cada uno de los bosques por los que vamos a pasar, y de cada subida y de cada bajada. Creo que somos merecedores de tan espectacular entorno y de estos paisajes que te harían bajar de la bicicleta e ir andando para no perder ningún detalle. Pero somos ciclistas y aunque creemos llevar un ritmo muy tranquilo, no podemos parar constantemente para tirar fotografías. Aún así, las siguientes imágenes son un pequeño aperitivo de todo lo que vimos.








Al llegar a la localidad de Pontecesures, nos paramos un momento para llevarnos el recuerdo fotográfico del puente sobre el Río Ulla.







Dejamos este pueblo y poco tardamos en llegar a Padrón, punto de descanso y de nuestro segundo desayuno. Para ello, nos detenemos junto a la Iglesia de Santiago y, antes del café, visitamos su interior para sellar las credenciales y ver el "Pedrón" que, según cuentan, se utilizó para amarrar la barca donde trasladaban los restos del Apóstol y, hoy en día, da nombre a esta localidad.







Veinticinco kilómetros y este viaje se acaba. Llegar pronto significa disfrutar más de cada momento en Santiago. Continuamos la marcha y me llevo un recuerdo que no puede faltar en cualquier Camino de Santiago: Los Hórreos.



Los caminos previos a la entrada de la ciudad son espectaculares. Es un auténtico placer rodar por estos lugares. Ese olor a tierra mojada, a humedad y a eucaliptos te embriaga y deseas disfrutar de cada rincón, pero todo pasa muy rápido y las pocas fotografías que me llevo tienen que ser representativas de la borrachera de imágenes que nuestros ojos se llevan.






La sucesión de pequeñas aldeas entre caminos es constante. La idea de ir tranquilos  se nos olvida y veo que Fran no lleva una bicicleta, "va en moto", nos cuesta seguirle. Está acelerado. Va a ser su primera entrada en bicicleta en la Plaza del Obradoiro. Poco a poco las pulsaciones se aceleran sin necesidad de subir cuestas. Hay nervios y ganas de llegar. Cuando pasamos por debajo del puente de la N-550, entramos en Santiago y subimos por la larga Rua de Víctor Muñoz hasta llegar a su confluencia con la Rua de Franco.

Sabemos que estamos llegando. La entrada de la calle está completamente llena de turistas y decidimos bajarnos de las bicicletas y seguir andando. Pero Fran está eufórico, le pierde la ilusión de entrar subido en su bicicleta y no se baja. Va sorteando a los turistas a un ritmo parecido a nuestro caminar. Vemos el primer campanario, pasamos junto a la Plaza de Fonseca y .....llegamos. Pisamos, por fin, la Plaza del Obradoiro con su impresionante Catedral a nuestra derecha.  

La explosión de júbilo y alegría desemboca en un tremendo descontrol emocional, difícil de entender para aquellos que no hayan culminado un Camino de Santiago. Da igual haber hecho muchos Caminos o, como en el caso de Fran, que sea tu primera vez. La emoción te supera, es un momento mágico.







A pesar de todos los contratiempos que hemos sufrido a lo largo de este Camino, reconozco que tiene su mérito haberlo finalizado. La pierna de Óscar llena de puntos de sutura y mi dolorido hombro que me tiene limitado, y sin olvidar el "enorme mosquito" que le picó a Fran en su pierna, no han sido obstáculo para finalizar esta aventura. 

Lo dije al principio de esta aventura, el único que decide cuando bajarse de la bicicleta y abandonar, eres tú. El premio de entrar en Santiago y culminar otro ilusionante viaje es muy grande. Por eso, aunque no puedas quitarte la camiseta y tengas dificultad hasta para ducharte, sigues dando pedales y finalizas el Camino junto a tus amigos. Así es este mundo. Así somos nosotros.







Creo que la alegría en la Plaza del Obradoiro se contagia entre todos los que van llegando. Mires a donde mires solamente ves sonrisas y lágrimas de alegría. Las fotos se van sucediendo, si no las tiras tú, te las tiran o se las tiras. 







Vuelve a repetirse la atracción que causan nuestras bicicletas. No se si era turista o peregrino, pero a este personaje le llamó la atención que finalizáramos en la Plaza alzando nuestras bicicletas, alforjas incluidas. Por eso, le pidió a Fran hacerse una foto con su bici intentando levantarla, lo que le costó más de la cuenta. En fin, otra anécdota.

La relajación que se siente cuando te tumbas en el centro de la Plaza es enorme, aunque siempre viene bien que te suelten las piernas. No es una fotografía buscada, sino que surgió y nos la llevamos de recuerdo.





Como hemos llegado pronto, la Plaza no está muy llena de peregrinos y turistas. Cerramos el momento fotográfico y vamos a intentar cumplir con el trámite de cerrar nuestras credenciales y obtener la Compostela para llevárnosla de recuerdo.









La Oficina de Acogida del Peregrino está llena, a pesar de que es pronto. Un nuevo sistema telemático nos facilita número y tenemos para ¡¡cinco horas!!. Como no tenemos prisa y dado que regresaremos a Madrid mañana, vamos a dejar las bicicletas y ducharnos en la pensión que ha reservado Fran. Hoy dormiremos en el Hospedaje Ramos, una tranquila y muy céntrica pensión que dispone de un cuarto para dejar las bicicletas y habitación triple con baño, No se puede pedir más.

El nuevo sistema  telemático para tramitar la Compostela te facilita el número de orden a través de una app. Así que, decidimos ir primero a comer e intentarlo por la tarde. El restaurante elegido vuelve a ser Casa Manolo, en la Plaza de Cervantes, y para no perder la costumbre, acompañados de unas frías rubias.





Nos da tiempo de comer y de cumplir con otra de las tradiciones al finalizar el Camino, entrar en la Catedral para ver al Santo. Fran tiene que llevarse este recuerdo en su primer Camino en bicicleta. No paso a verle por motivos religiosos, pero sí quiero decirle "un par de cositas" por lo bien que nos ha "tratado". Además, aprovechamos para ver lo poco visible en el interior puesto que están de reformas.









Salimos de la Catedral y aún tenemos tiempo de tomarnos un tranquilo café antes de regresar a la Oficina de Acogida del Peregrino para seguir esperando. Finalmente, tramitamos el cierre de las Credenciales y recogemos la Compostela.






El resto de la tarde lo dedicamos para pasear, volver a ver la Plaza del Obradoiro, comprar algunos regalitos y cenar. Vamos a cerrar este día tan especial en una tranquila pensión. Lo que significa el cierre de esta aventura, de este ilusionante viaje que nos ha traído desde Portugal. Es el fin de nuestro Camino. Mañana tocará comprar comida para regresar a Madrid en el autobús de Alsa. Un tedioso y cansado viaje que nos llevará de nuevo con nuestras familias.

Empecé este blog diciendo que "el final de un Camino es el principio del siguiente". El Camino Portugués por la costa ya ha terminado; ¿el siguiente?, ya se verá.




ULTREIA




DATOS DEL RECORRIDO:

Total kilómetros: 43,50 km
Tiempo total invertido: 4 h 24' 01''
Tiempo en movimiento: 3 h 23' 40'' 
Tiempo detenido:   1 h 00' 21'' 
Velocidad media en movimiento: 12,80 km/h
Velocidad máxima: 39 km/h
Altitud mínima: 11 m.
Altitud máxima: 263 m.
Desnivel acumulado ascendiendo: 794 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 571 m.



DECÁRGATE EL TRACK



PERFIL ALTIMÉTRICO




PLANO DE LA ETAPA




VIDEO VIRTUAL DEL RECORRIDO


Relive 'Morning Sep 25th'

2 comentarios:

  1. Muchas felicidades por vuestro camino. Unas preguntas¿El carnet de alberguista es fundamental? Cuáles fueron los principales problemas logísticos que tuvisteis? Algo muy importante ¿Gasto diario aproximado? Perdonad el tercer grado, pero estamos barajando este camino. ULTREIA

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    1. Gracias por tu comentario. En relación a tus dudas te diré que el carnet de alberguista no lo vas a necesitar en Portugal. En España podrías utilizarlo si decides en alojarte en algún albergue juvenil, que no fue nuestro caso.
      Los alojamientos que vas a encontrar en Portugal son tipo Hostel. Los habrás visto en el blog. No tiene nada que ver con los albergues que te encontrarías en cualquier Camino de Santiago en España. De hecho, tal y como explico en el capítulo de las "conclusiones", en algunos desconocen que es una credencial y nos encontramos con algunos que no tenían ni sello. En la Posada de Juventud de Viana do Castelo tampoco nos requirieron al carnet de alberguista.
      Por eso, te recomiendo que planifiques las etapas en Portugal, distribúyelas en la distancia y cuadra que existan alojamientos. Antes de que comiences el Camino, haz las reservas para asegurarte alojamiento a buen precio. No hay muchos y algunos son caros. Por eso es necesario que te anticipes.
      En cuanto a los precios, nos fueron cobrando en Portugal unos 20€ por el tipo de alojamiento que te he mencionado. No necesitaras, saco ni sábanas. Te darán todo, y en algunos hasta las toallas. La mayoría fueron casas pareadas con cocina y menaje suficiente, además de espacio para guardar las bicicletas.
      El resto de los gastos diarios serán los que tu decidas, en base a donde quieras comer o lo que quieras consumir.
      Una vez que entres en España, el sistema de alojamiento cambia porque ya aparecen los albergues. Y la variedad de alojamientos es muy amplia.
      Espero haberte contestado. Si tienes más dudas no dudes en preguntar.
      Saludos
      Gerardo

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