22 de septiembre de 2019
ETAPA 6
OPORTO-VIANA DO CASTELO
83 km.
Aunque
hoy es domingo, nuestra rutina no cambia. Nuestros cuerpos se van adaptando a
las palizas diarias y ya no cuesta tanto iniciar el pedaleo. El gemelo de Óscar no se ha inflamado y va a poder
continuar pedaleando. Un tranquilo desayuno para empezar la jornada y nos
ponemos en marcha por unas vacías calles y bajo un precioso cielo azulado
como anticipo de un gran día soleado. Por fin la lluvia ha desaparecido.
Tenemos
que llegar a orillas del río
Duero, para enlazar con el
track de nuestro Camino, por la Marginal
Atlántica. Hoy domingo, en Oporto,
se celebra la Media
Maratón y como el
recorrido va paralelo al río, todas las vías principales de bajada se encuentran
cortadas al tráfico. Un buen rodeo y una tremenda bajada por estrechas calles,
calientan nuestros frenos y nos sitúan cerca del río junto a la
zona vallada para la carrera.
Pegados a
la ribera del Duero llegados a su desembocadura y
empezamos a ver las playas de
Oporto. Una parada par ver el Muelle
de Felgueiras con el fuerte
oleaje, y la Playa de Carneiro y continuamos la marcha.
Un
agradable paseo junto a la costa atlántica nos lleva hasta la cercana localidad de Matosinhos para encontrarnos con una enorme playa
y el monumento en recuerdo a un naufragio.
El
recorrido que hemos iniciado desde Oporto forma parte del Camino Monacal por la costa que nos llevará hasta España. Por eso, es fácil ir
viendo señalización de Camino
de Santiago a lo largo del
día, aunque la presencia de peregrinos es nula.
El
ambiente festivo de las pequeñas localidades por las que vamos pasando anima la
vida de la costa y sus paseos marítimos. Actividades culturales y deportivas se
suceden a lo largo de los pueblos, siempre acompañadas de espléndidas vistas
del océano.
A lo largo de esta zona
van apareciendo pasarelas de madera que se extiende sobre las dunas y facilitan
el acceso entre pequeñas localidades. Inclusive, encontramos tramos por los que
tienes que echarte la bicicleta al hombro para subir escaleras de
madera. Aún así, las vistas que estas pasarelas nos ofrecen son espectaculares.
Llegamos a un mirador con
su cota de altura desde donde se divisa un bonito paisaje. A este paso la etapa
de hoy se nos va a hacer eterna con tantas paradas, pero realmente venimos a
disfrutar de estos lugares, de estas playas, del océano, etc.
Cuando tus piernas llevan tantos kilómetros realizados en muchos años montando en bicicleta, un sexto sentido te acompaña y te ayuda a intuir las zonas de riesgo por donde deberás "meter la rueda". Aunque no soy persona que arriesga cuando salgo de ruta, menos lo hago cuando realizo el Camino. No tiene sentido exponerte a imprevistos que puedan echar por tierra un viaje de varios días.
Pero rodando muy despacio por las pasarelas no vi el riesgo, no intuí la posible reacción de mi bicicleta. Recuerdo llegar a un tramo de doble curva y lo pasamos a una velocidad muy lenta. La pasarela de madera estaba muy húmeda debido a la temprana hora y la cercanía del océano. No lo vi venir. A la salida de la segunda curva sentí patinar la rueda trasera y de repente caí lateralmente sobre la pasarela.
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| Pasarela fatídica |
Qué impotencia y rabia sientes cuando has caído y tu cuerpo se estampa contra la madera. Golpes en todo el costado, mareo, un corte sobre la ceja y dolor en el hombro. ¡Qué rabia!. En ese momento ves que tu viaje, a los 25 kilómetros de haber empezado la etapa, se puede acabar en una pequeña pedanía, creo que se llama Vila de Cha, en donde encontrar un centro asistencial abierto un domingo es un tanto complicado.
La cura que me hizo Óscar, un buen café caliente con bollo, un ibuprofeno, la ayuda de Fran y la hospitalidad de varias personas que estuvieron a mi lado me calmaron y pude comprobar que el apoyo de las manos en el manillar no me producía dolor, salvo que levantara el hombro, lo cual no iba a hacer.
Decido seguir, voy a intentar llegar al albergue. El recorrido es llano y vamos alternando carriles bici y pasarelas de madera. Bajamos el ritmo y las bellas imágenes de las playas hacen que no piense en mi hombro.
Llegamos a la localidad de Vila do Conde. Atravesamos el río Ave y aprovechamos para llevarnos unas fotografías de recuerdo.
El recorrido de hoy se está haciendo muy entretenido. El ambiente festivo de los paseos marítimos de Povoa de Varzim o de A Vero-O-Mar nos acompaña entre la multitud de paseante o ciclistas. Mientras tanto, las vistas de las playas son espectaculares y es difícil resistirse a llevarte alguna foto de recuerdo.
Llegamos a la localidad de Fâo y, tras pasar sobre el río Cávado, le robo una foto a Óscar junto al río.
Cuando dejamos atrás la localidad de Esposende, el track nos introduce al interior y abandonamos la costa. Pequeñas localidades y urbanizaciones nos llevan a un punto donde, con cierta perplejidad, nos sitúa a la entrada de un pequeño monte y las señales del camino nos indican que debemos seguir por un estrecho sendero que, a los pocos metros, se vuelve intransitable y hay que bajarse de las bicicletas para empujar durante un rato sobre un suelo embarrado.
El paraje es espectacular. Un bosque cerrado de eucaliptos con mantos de helechos nos acompaña mientras bordeamos el monte y salimos al arroyo donde tenemos que parar para comer algo y recomponernos un poco. No ha sido el mejor tramo para la pierna de Óscar y mi hombro.
Estamos en el municipio de Castelo do Neiva. Y hoy se ha vuelto a producir una de esas "célebres" frases ciclistas que se producen cuando "te vienes arriba". Un recorrido tan llano por paseos marítimos provocaron que de la boca de Fran se escapara la frase: "hoy las bicis van a llegar niquelás". ¡Ni parecido! Otra frase premonitoria de lo que no va a suceder. Barro, arena y polvo es la decoración de nuestras bicicletas. Otra vez que toca lavarlas, y aún faltan cerca de 15 kilómetros para finalizar la etapa.
Recuperamos el pedaleo y decidimos no parar, salvo imprevistos, hasta que lleguemos al albergue. Por suerte, el resto de la etapa es tranquilo y sin sobresaltos. Sin grandes esfuerzos llegamos a Viana do Castelo, y para finalizar la etapa tenemos que cruzar por el Puente Eiffel para salvar las aguas del río Limia.
Hoy nos alojamos en la HI Hostel Posada de Juventud de Viana, aunque antes de hacer el cheking tenemos que comer.
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| Posada de Juventud |
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| Vistas desde la terraza de la habitación |
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| Puente Eiffel |
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| Puente Eiffel |
Después de una etapa que se convirtió problemática por mi desafortunada caída, la hemos podido acabar. La pierna de Óscar no se inflama y con sus curas van pasando los kilómetros para cubrir otra etapa. Mi hombro me permite sujetar el manillar pero no me deja quitarme el maillot. Espero que el ibuprofeno y radio salil hagan su trabajo. Antes de ir a comprar y ver un poco la ciudad, entramos en la fase de "chapa y pintura" y damos un buen repaso a las bicicletas después de lavarlas.
Un paseo por esta localidad nos proporciona la cena y el desayuno, nos hace estirar un poco las piernas y nos enseña parte de su patrimonio cultural.
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| Fuente de la Plaza de la República |
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| Antiguo Ayuntamiento |
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| Iglesia Matriz |
Cerramos esta sexta etapa que me quedará para el recuerdo. No tenemos un día tranquilo. A lo largo del Camino tenemos que ir sorteando imprevistos y problemas. Además de mi caída, hoy los track finalizaron antes de tiempo ¿por qué? Pues complejo adivinarlo. Menos mal que rodamos por el Camino Monacal y está provisto de señalización.
Mañana entraremos en España, y tiene su punto de emoción aunque no sabemos por donde pasaremos. Pero eso será mañana, ahora nos toca descansar y recuperarnos.
DATOS DEL RECORRIDO:
Total kilómetros: 83 km
Velocidad media en movimiento: 15,50 km/h
Velocidad máxima: 50 km/h
Altitud máxima: 125 m.
Altitud mínima: 5 m.
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Relive 'Morning Sep 22nd'
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